lunes, agosto 08, 2005

FERIA DE PESCADOS EN CHENNAI

El domingo fuimos a caminar por la playa de Chennai. Es julio, verano en el hemisferio norte, pero en Chennai siempre es verano y por tanto la costa, las actividades pesqueras, el puerto y las vacaciones tienen, a mi parecer un similar movimiento durante todo el año. Recorrimos la costa por unos tres kilómetros y vimos botes de no más de 10 metros de eslora, con motor fuera de borda, unas especies de canoas que las llaman catamaranes y un pequeño velero que, paralelo al horizonte navegaba frente a nosotros con su vela azulísima. Las gentes de mar, con estas embarcaciones, logran sustentar una economía local que sobrevive por décadas o siglos.

La pequeña comunidad de pescadores tiene sus casas frente a la costa. EstÁ el mar, la playa, una calle y las casitas de los pescadores. Es domingo y esta calle está llena de comercio pesquero. Las mujeres atienden los improvisados stands que ofrecen diferentes pescados y varias especies de camarones. Con gusto podría tomar un pescado de ese tipo y cocinarlo con especies y verduras de las que he visto en el mercado, incluso con frutas, pero estamos de paseo por estos territorios y este arrebato tendrá su justa respuesta en otra ocasión.

La gente es amable, es la feria de pescados de una de las playas de Chennai. Es domingo, mucha gente no trabaja este día y unas personas, de seguro pescadores, están conversando afanados entre los botes con una botella de güisqui y otros con cervezas. Hoy no trabajan, es medio día y los pescadores conversan agradados de la compañía, de lo que pasó en la semana, de lo que viene mañana, del mar, de lo que se vio y se sintió arriba de esos botes, de nosotros que caminamos en dirección del mercadito de pescados.

Chennai es una ciudad de más de 6 millones de personas. Nosotros conocimos, quizás y siendo optimistas, un 5 por ciento de lo que es esta sociedad, al sur oriente de India, en el Golfo de Bengala.

Aquí se habla, Tamil, Inglés, Hindú, Bengalí, Sánscrito, Malayam. La comida es una exquisita y delicada mezcla de sabores, colores, olores, texturas, formas, historias. Los colores son milenarios, floreados, máximos, avanzando hacia la mezcla infinita. Es una ciudad repleta de vida. Miles de pequeños comercios que generan gran cantidad de trabajo. Miles de pequeñas y medianas empresas, que dan cierta libertad de tiempo, espacio y decisiones a miles de familias y personas.

Al final de la calle Radhakrisnan, a la derecha, pasando el faro, funciona el pequeño mercadito de alimentos marinos, que ahora se enfrenta a las grandes transnacionales. Pero de eso no quiero hablar, las transnacionales son las mismas en todas partes. Aquí en Chennai también: el diario The Hindú informó esta semana que los trabajadores de la multinacional japonesa Honda se fueron a huelga por los bajos salarios, los despidos (y creo yo por la falta de respeto también). Los empresarios japoneses dicen que el gobierno debe asegurarles un clima sin riesgo para la inversión. El gobierno dice que el clima para la de inversión extranjera es seguro. The Hindú informa, pone fotografías en que se enfrentan policías y trabajadores. Esto también sucede en nuestras sociedades latinoamericanas. Esa es la discusión. Las transnacionales en todas partes se comportan de la misma forma. Son irrespetuosas, miserablemente irrespetuosas.

Es medio día del domingo en Chennai. La gente es amable, el sol mira con respeto, aparecen unos ojos de muchachas sonrientes con sus vestidos de colores milenarios…

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